Leer.es / Blog / Efecto del uso de las redes sociales en los adolescentes

La interacción diaria con las redes sociales produce experiencias afectivas tanto positivas como negativas. En el caso de los adolescentes no es perjudicial, sino principalmente positiva. Así lo afirma el estudio The social media see-saw: Positive and negative influences on adolescents’ affective well-being, realizado con adolescentes estadounidenses.

Tal y como expone el mismo, el bienestar afectivo se define como la experiencia y funcionamiento psicológicos óptimos, pero no se emplea con el mismo significado en el campo de las redes sociales, ya que se define como el resultado de un interés general. Las investigaciones sobre el efecto que produce el uso de dichas redes se han centrado en indicadores psicológicos como la felicidad o el estrés y en enfermedades como la depresión. Por lo que sigue siendo un tema controvertido.

En el caso de los adolescentes, las experiencias que vivan pueden influir positiva o negativamente en su bienestar y en uno de sus componentes definitorios, el afecto. Este comprende estados de ánimo y emociones agradables y desagradables; mientras que el bienestar afectivo comprende tanto emociones positivas frecuentes como emociones negativas comparativamente infrecuentes y puede llevar a cabo cambios en las propias experiencias, incluidos recursos psicológicos, sociales y físicos, así como la forma de resolver retos a los que se enfrenta.

Imagen con ordenador portátil, imagen humana pequeña e iconos de redes sociales. Elaboración Leer.es

Redes sociales

El estudio citado expone la investigación que se realizó mediante una encuesta en línea completada por 588 adolescentes y entrevistas en profundidad a 26 adolescentes. Los resultados de la encuesta dieron como resultado que el 84% usan Instagram y Snapchat, que además son las dos redes de comunicación más importantes (50% Snapchat y 33% Instagram), mientras que menos del 7% de los estudiantes eligieron Facebook, Twitter, GooglePlus, Vine y Tumblr como más importante. Además, los adolescentes respondieron a la pregunta de cómo se sienten cuando usan las redes sociales a través de la selección de alguno de los 11 descriptores binarios: divertido, ansioso, aburrido, tranquilo, más cercano a amigos, feliz, interesado, irritado, celoso, excluido y molesto. Y los resultados fueron los siguientes: la mayoría de los participantes informaron de que generalmente se sienten felices (72.0%), divertidos (68.5%), más cercanos a amigos (59.3%) o interesados ​​(57.8%) frente a una minoría de jóvenes que indica que generalmente se sienten molestos (6.7%), irritados (7.9%), ansiosos (10.2%), celosos (16.9%) o excluidos (15.3%). Casi el 70% de los participantes caracteriza su experiencia general en el uso de redes sociales con los descriptores positivos.

En relación a la entrevista, los datos que se recogieron sirvieron para dividir las experiencias afectivas derivadas del uso de las redes sociales en cuatro dimensiones: autoexpresión, interacciones sociales, exploración y navegación (tanto de contenido general como social). Se analizó cada experiencia por su efecto positivo y negativo en múltiples dimensiones. Los resultados fueron que para el 100% de los entrevistados las interacciones son el tipo de experiencia afectiva positiva más común.

La autoexpresión supone la afirmación y la preocupación por los juicios de los demás, así como la oportunidad para escribirse a sí mismo. En esta dimensión las redes sociales son los instrumentos perfectos para que los adolescentes reciban una retroalimentación de su círculo de seguidores, así como para revisar lo que publican. En este sentido, el estudio demuestra que a los adolescentes les preocupa lo que se dice de lo que escriben. Mientras que la oportunidad para escribirse a sí mismos y para otros se asocia a una emoción positiva, los juicios de los demás y las faltas de aceptación se asocian a una emoción negativa. Según revela la investigación, algunos entrevistados sufren estrés y ansiedad cuando realizan una publicación textual o visual y no alcanzan el número de «me gusta» deseados o no reciben la retroalimentación esperada. Por ello, tienen diferentes cuentas en la misma red para realizar publicaciones selectivas en función de sus evaluaciones, de las características técnicas de la red social y de las respuestas anticipadas de la audiencia. Los entrevistados también expresaron las desventajas de la comunicación por redes sociales. Así, se sienten abrumados por el número elevado de mensajes que reciben y que deben responder. Esta obligación les provoca ansiedad y preocupación porque tienen que responder y no ser maleducados. Igualmente, se sienten estresados ante la obligación de mantener la misma comunicación fluida con sus seguidores porque quieren cumplir las expectativas que tienen otros sobre ellos. Estos datos corroboran otra encuesta realizada por Pew research a 700 adolescentes sobre el tiempo que usan el teléfono móvil. El 42% siente ansiedad si no tiene el móvil; el 25% siente soledad; el 24%, enfado y el 17% se siente aliviado y feliz.

En lo que se refiere a las otras tres dimensiones, las interacciones sociales contribuyen tanto a la cercanía como a la desconexión de los adolescentes. La exploración basada en intereses les confiere inspiración o curiosidad, y angustia. Por último, navegar les conduce al entretenimiento y al aburrimiento, así como a la admiración y la envidia.

Los resultados de los análisis conducen a pensar que en la relación entre la utilización de las redes sociales y el bienestar de los adolescentes «la oscilación emocional está ponderada por influencias positivas y negativas», es decir, que las experiencias de afecto de los entrevistados son positivas y negativas en múltiples contextos o dimensiones.

Más información en Weinstein, E. (2018). The social media see-saw: Positive and negative influences on adolescents’ affective well-being. New media & society 20(10), 3597–3623. DOI: 10.1177/1461444818755634journals.sagepub.com/home/nms