Leer.es / Blog / Nuevos retos: Alfabetización Informacional

Un nuevo escenario social obliga a repensar la escuela. Ahora docentes y estudiantes precisan de múltiples alfabetizaciones, pues múltiples son también los lenguajes a través de los que nos comunicamos.

En esta Sociedad de la Información en la que estamos inmersos, una persona alfabetizada lo ha de estar no solo a la hora de leer y escribir, sino también a la hora de demostrar su nivel de cultura digital. Pero, ¿cómo podemos alfabetizar digitalmente?, ¿quiénes son esos formadores?, ¿qué papel desempeñan la escuela y la familia?

Encontramos respuestas y orientaciones en el magnífico informe Alfabetización digital y competencias informacionales, estructurado a través de una revisión histórica de los cambios en el concepto de alfabetización, pues se hace necesario un análisis de perspectiva histórica en relación a los avances en esta materia.

El evidente cambio social viene acompañado de un nuevo término que ya se ha hecho un hueco en nuestras tecnológicas vidas, se trata de la Alfabetización Informacional o ALFIN. Una competencia que, en palabras de la UNESCO “faculta a la persona, cualquiera que sea la actividad que realice, a buscar, evaluar, utilizar y crear información para lograr sus objetivos personales, sociales, laborales y de educación”, y cuyo aprendizaje ha de insertarse en la escuela con la intención de proveer sistemas de educación para que los profesores en países desarrollados y en desarrollo sean alfabetizados en medios e información. El Curriculum para profesores sobre Alfabetización Mediática e Informacional de la UNESCO “representa un componente de una estrategia integral para auspiciar que las sociedades sean alfabetizadas en medios e información y promover la cooperación internacional”.

Una vez integrada en la escuela, la Alfabetización Informacional tiene que afincarse en las aulas, integrándose plenamente en ellas. Pero, ¿cómo? A este respecto, en La competencia informacional en la enseñanza obligatoria a partir de la articulación de un modelo específico de Anna Blasco Olivares y Glòria Durban Roca se propone una articulación curricular para la ESO donde se establece un modelo basado en tres fases para la sistematización de tal competencia: la búsqueda, el tratamiento y la comunicación de la información.

Finalmente, se precisa de un espacio que sirva a los estudiantes y docentes para desarrollar tales competencias y habilidades. Este será la biblioteca escolar, un lugar de encuentro para la comunidad educativa que favorezca la cultura digital en la escuela garantizando la adquisición de las competencias necesarias en la sociedad del siglo XXI. Ya se han articulado algunos Programas para el desarrollo de la competencia informacional articulados desde la biblioteca escolar, como el que propone la Junta de Andalucía o documentos de referencia como el que está elaborando el Grupo de Trabajo de Alfabetización Informacional al amparo del Consejo de Cooperación Bibliotecaria.