Leer.es / Blog / Relación entre el uso de herramientas digitales en la clase de Lengua y los resultados en comprensión lectora

La integración de herramientas digitales de lectura en las clases de Lengua se ha extendido en los últimos años, respaldada por la creencia de que favorecería tanto la motivación como el aprendizaje. La irrupción de la pandemia del Covid-19 no hizo sino forzar el empleo masivo de dispositivos electrónicos en el aprendizaje en aquellos países o territorios que contaban con la infraestructura suficiente para ello.

Sin embargo, los estudios que han analizado en los últimos años el paso de la lectura en papel a la lectura digital parecen contradecir aquella creencia y muestran evidencias empíricas de que los estudiantes parecen leer con menor profundidad en dispositivos digitales que en papel.

Un reciente estudio, llevado a cabo por investigadores pertenecientes al grupo ERI Lectura de la Universidad de Valencia (España) y del Departamento de Lenguas y Culturas del Mundo de la Universidad Americana de Washington (EUA)[1], aporta nuevas informaciones sobre la relación entre el uso de los dispositivos digitales y la mejora de la comprensión lectora, a la vez que confirma los hallazgos de estudios precedentes en este campo.

El objetivo que se marcaba este estudio era doble: por un lado, evaluar si existe esa menor comprensión lectora al usar la pantalla en las prácticas de lectura de un grupo de alumnos de primaria y, por otro, identificar las prácticas docentes que resultan eficaces a la hora de mejorar la comprensión cuando se usan dispositivos digitales en el aula.

Para ello, el estudio recurrió a los datos de NAEP 2017, una base de datos que contiene muestras representativas de alumnado de 4º y 8º curso de los Estados Unidos. Más en concreto, se utilizaron los datos referentes a 149 400 alumnos de 4º y 144 900 alumnos de 8º.

Los investigadores plantearon dos hipótesis para analizar los datos de la muestra: la primera se basa en la predicción de que los efectos negativos que provoca la pantalla en experiencias de lectura de una sola sesión también aparecen en el contexto de una clase de Lengua, donde la lectura es una actividad regular a lo largo de todo el curso escolar. Esta hipótesis sostiene, pues, que la frecuencia de uso de herramientas digitales en la clase de Lengua influye negativamente en el nivel de comprensión lectora; la segunda hipótesis predice que las prácticas docentes que ponen el énfasis en tareas auténticas de lectura cuando se usan herramientas digitales pueden estar relacionadas de manera positiva con los logros en comprensión lectora, frente a aquellas otras prácticas centradas en el entrenamiento y la mera actividad.

El análisis descriptivo de los resultados sugiere una fuerte relación negativa entre la frecuencia de uso de dispositivos digitales y los resultados de comprensión lectora, lo cual respalda la propuesta planteada en la primera hipótesis. Sin embargo, esto no descarta que haya otros factores relevantes que puedan explicar, al menos en parte, este resultado. En cuanto a la segunda hipótesis el análisis muestra que el uso de dispositivos digitales en actividades de investigación para proyectos de lectura supuso una ligera relación positiva con las puntuaciones de comprensión lectora en ambos niveles de 4º y 8º.

Más allá de las dos hipótesis planteadas, los investigadores descubrieron otras variables que influyeron de manera notable en los resultados. Factores como el nivel de discapacidad del alumno, su estatus socioeconómico y ser un estudiante no nativo de lengua inglesa, influyeron negativamente en los logros en comprensión lectora de ambos grupos de estudiantes. Igualmente, se apreció que los resultados de las chicas eran casi tres veces mejores que los de los chicos de 8ª curso en relación a las diferencias entre ambos géneros en 4º. La confianza de los estudiantes en sí mismos y en sus capacidades lectoras fue, de lejos, el factor de mejora más relevante, a mucha distancia de otros como la atención en clase, la determinación o la necesidad de cognición. Por otro lado, las características de la clase y del profesor, la formación de este o su conocimiento sobre el uso de herramientas digitales apenas supusieron una ligera mejora en las puntuaciones de comprensión lectora del alumnado.

Además, los investigadores proponen dos argumentos complementarios para entender los resultados del estudio: en primer lugar, los hábitos adoptados por los niños mientras realizan actividades de tiempo libre con dispositivos electrónicos pueden transferirse al uso que hacen de esos dispositivos en el aula. Los menores interpretan el uso de las herramientas digitales como un uso recreativo, caracterizado por un menor esfuerzo y una mayor distracción; cuando esos dispositivos se usan en el aula podrían activar ese contexto recreativo que provocaría comportamientos no favorecedores del aprendizaje como una menor atención; en segundo lugar, los resultados muestran que la asociación negativa entre el uso de dispositivos digitales y comprensión lectora fueron dos veces mayores en 4º curso que en 8º. Dado que los adolescentes estadounidenses utilizan los medios digitales más que los pequeños, los resultados negativos deberían ser mayores en el alumnado de mayor edad, sin embargo no es así, lo que lleva a plantear que los alumnos de 8º podrían haber desarrollado estrategias para atenuar los efectos negativos de la lectura en pantalla.

 

Niña leyendo

Por el contrario, esa asociación negativa de carácter general entre el uso de los dispositivos digitales y la comprensión lectora se convierte en positiva cuando las herramientas digitales se utilizan para el desarrollo de proyectos de lectura digital. El hecho de que durante estos proyectos el alumnado participe en grupos de discusión puede incrementar su nivel de compromiso con la lectura para alcanzar una comprensión de los textos más profunda. Es más, este tipo de actividades pueden ayudar a las alumnas y alumnos a desarrollar un modelo contextual de la lectura digital diferente a las interacciones rápidas y recreativas.

En conclusión, este estudio amplía los estudios precedentes sobre la materia y, en consonancia con muchos de ellos, revela que cuanto mayor es el uso de herramientas digitales en la clase de Lengua para el desarrollo de actividades básicas diarias, menores son los logros en comprensión lectora. Esta asociación negativa es similar a otras influencias negativas bien conocidas a través de los estudios como las limitaciones de la enseñanza debidas a comportamientos disruptivos. Por otra parte, el uso de tales dispositivos en actividades como los proyectos de lectura puede resultar beneficiosa para el nivel de comprensión lectora. El reto de futuras investigaciones está en estudiar los mecanismos psicológicos del alumnado que les hace modificar el contexto lector en función del medio elegido para leer, así como otras cuestiones como identificar las razones por las que los docentes eligen emplear herramientas digitales en el aula de Lengua frente a otros métodos y qué factores determinan esa decisión.

Para saber más: https://link.springer.com/article/10.1007/s11145-022-10295-1

[1] Ladislao Salmerón, Cristina Vargas, Pablo Delgado, ERI Lectura-Universidad de Valencia (España), Naomi Baron, Department of World Languages and Cultures, American University, Washington, USA.