Leer.es / Blog / Fomentar la lectura por placer

Los resultados de una encuesta realizada a 1200 docentes del Reino Unido sobre sus hábitos de lectura y el conocimiento profesional de la literatura infantil (Cremin, Mottram, Bearne y Goodwin, 2008a; Cremin, Bearne, Mottram, Goodwin, 2008b) revelaron que, aunque la mayoría de los encuestados eran lectores, más de la mitad de los maestros de Primaria no pudo nombrar seis autores infantiles; el 24% no logró citar un solo creador de ficción y el 22% de los maestros no fue capaz de mencionar ningún poeta. Se basaron en un repertorio breve de autores que escribían para público infantil y que estaba dominado por Roald Dahl. Ante estos datos, los investigadores llegaron a la conclusión de que sin un conocimiento sólido de la materia los maestros no pueden apoyar de forma eficaz el desarrollo del lector, hacer sugerencias destacadas o participar en conversaciones basadas en textos que pueden fomentar la lectura por placer.
Un docente que lee, tanto textos para adultos como para público infantil, es un lector que enseña y esto es esencial para fomentar la lectura por placer en los centros educativos, ya que no solo ayuda a desarrollar la competencia lectora de sus alumnos, sino que puede proponer lecturas personalizadas a través de títulos que abarcan temas relevantes para el conocimiento, los intereses y las habilidades de cada uno de sus estudiantes. Asimismo, puede construir una comunidad de lectores en la que comparte su visión de la lectura con la de los niños y jóvenes, estableciendo conexiones que generan logros y actitudes positivas en los pequeños lectores. Esto es lo que afirman las autoras del artículo “Personalised reading for pleasure with digital libraries: towards a pedagogy of practice and design” (2017), en el que analizaron la práctica docente en centros educativos de Infantil y Primaria del Reino Unido sobre el desarrollo de la lectura por placer, en concreto, de la lectura personalizada a través de recursos humanos y digitales.

Niña leyendo un libro a otras niñas y a la profesora

Niña leyendo en clase

Las autoras exponen que los resultados de la citada encuesta demuestran que a la propuesta de realizar lecturas personalizadas se unen la limitación de la formación y la del tiempo. Para superar estas restricciones, sugieren el uso de sistemas de bibliotecas digitales, ya que el docente accede, desde su aula, a una gran base de datos con la que puede recomendar títulos a partir de palabras clave, especificar el tema principal, el autor, el género, el rango de edad y la dificultad del texto del libro.
Igualmente, resaltan que el docente que adquiere un rol de lector (de textos adultos e infantiles) fomenta el que sus estudiantes lo sean, estableciendo una relación entre iguales como lectores y en la que actúa, no solo como modelo, sino que comparte su visión de la lectura con la de los niños. En este sentido y en relación con las comunidades de lectores que se pueden construir en la escuela, los resultados de un estudio realizado en 2014, en Reino Unido, sobre la lectura compartida de cuarenta y tres docentes con sus estudiantes demostraron que hablar sobre los textos creó un espacio para compartir experiencias de vida; se fomentó la interactividad entre lectores; ayudó a los docentes a recomendar eficazmente textos a cada alumno; promovió la escucha activa y se establecieron redes de aprendizaje a largo plazo.

Para leer más:


– Natalia Kucirkova & Teresa Cremin (2017): Personalised reading for pleasure with digital libraries: towards a pedagogy of practice and design, Cambridge Journal of Education, DOI: 10.1080/0305764X.2017.1375458