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La escuela de Atenas (Rafael Sanzio)

A diferencia de en el mundo grecolatino, donde se les enseñaba a hablar a través de unos rigurosísimos estudios de Retórica, en la actualidad el desinterés de los planes de estudio, en particular, y de la sociedad, en general por la oralidad ha sido alarmante. Se sostenía que lo oral referido a la lengua madre es algo que ”nos viene dado” a nuestra humana concepción, tesis que si bien es cierta no deja de ser pobre si por innatismo entendemos que no es necesario formarse y aprender para sacarle el máximo partido a esa cualidad, de la misma manera que un artista forma y perfecciona una aptitud que quizá, le fue inherente a su condición.

Lo triste es que cada vez nuestras destrezas orales son más deficientes; la buena noticia es que ya se atisban voces expertas dedicadas a tan encomiable labor que pretenden cambiar el horizonte de las aulas. Estas se ven enriquecidas con las aportaciones que las nuevas tecnologías están haciendo al discurso oral entre los usuarios de las mismas.
Empecemos por las aulas, los expertos redundan en la idea (ya consagrada en la enseñanza de las lenguas extranjeras, pero obviada en la de la lengua materna) “de que la adquisición del lenguaje es social y, por lo tanto, enseñar lengua es enseñar a comunicarse en las distintas situaciones en las que se puede encontrar el hablante”  Enseñar a hablar y a escuchar, Montserrat Vilà i Santasusana.

De ahí que haya que empezar por enseñar a los alumnos y a las alumnas a analizar la situación comunicativa en la que se encuentran y, por tanto, a seleccionar el registro lingüístico adecuado a la misma con la selección de ideas, razonamientos y géneros discursivos apropiados. Tarea nada fácil y que requiere de “un control sobre el comportamiento lingüístico general que difícilmente se puede adquirir sin una intervención didáctica sistemática”, como acertadamente señala Montserrat Vilà.

 

¿Cómo intervienen las Redes sociales facilitando la oralidad?

Retomando el carácter innato al ser humano de la oralidad, al que aludíamos al comienzo, surgen interesantes tendencias que establecen patrones comunes entre las Redes sociales y la oralidad. Antropólogos como Michael Wesch de Kansas State University, tras un estudio de campo con tribus relacionó la noción de identidad de estas y la derivada de las Redes sociales al establecer que “somos lo que los demás saben de nosotros” y la necesidad que nos mueve en cualquiera de estas manifestaciones es la misma pues “el medio es el lenguaje” (Herbert Marshall McLuhan). En este sentido el auge de las nuevas tecnologías de la palabra impulsan la oralidad y otorgan a la palabra el poder que poseía en las tribus primitivas con la ventaja de que estas formas de comunicación constituyen un grupo extraordinariamente mayor que la aldea tribal, como apunta Walter J. Ong, Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra. Para Ong estamos en la era de la “oralidad electrónica” que, como en las culturas tribales, emplean un lenguaje emocional desde el corazón a la tecla. Humanismo y conectividad.