A partir de marzo 2020 muchos escolares no pudieron asistir a clase debido a la COVID-19. En total fueron 1,5 mil millones de niños de 192 países de acuerdo con el informe de la UNESCO (1). Esta interrupción ha afectado a las rutinas de alimentación, sueño, actividad física, sociabilidad y también al rendimiento académico de la población infantil.
En relación al aprendizaje formal, si durante los meses de verano, niños y niñas pierden habilidades de lectura que pueden compensar asistiendo a la biblioteca o participando en actividades de lectura, durante los meses del confinamiento estas actividades no pudieron realizarlas. Por ello, practicar o no la lectura dependía de los recursos y estrategias que tenían las familias durante el cierre de las escuelas.
Antes de la pandemia ya había estudios que demostraron las dificultades de padres y madres a la hora de leer a sus hijos debido al acceso limitado a los libros y al tiempo de lectura individual (2). La proximidad de los libros es un factor determinante del comportamiento lector. Recuperar el servicio de préstamo de las bibliotecas escolares de no solo uno sino más libros, crea un entorno de lectura estimulante en casa. Para ello, la colección de libros debe ser sólida, en buen estado, novedosa y con calidad literaria, acordes a la edad de los estudiantes. Además, se debe presentar de forma atractiva (física y digitalmente) y que satisfaga las necesidades de la población escolar.
Leer a los niños y niñas diariamente es una estrategia que no requiere tecnología para prevenir algunas de las consecuencias del cierre de las escuelas y ha sido fundamental para compensar parte de la pérdida de lectura que sufrieron durante aquellos meses como demuestra el estudio Modeling Reading Ability Gain in Kindergarten during COVID-19 School Closures (2). Entre sus resultados destaca que leer en el hogar a los niños y niñas escolarizados en educación Infantil pudo reducir hasta un 42% la pérdida de la capacidad de lectura durante el cierre de las escuelas por la COVID 19. Este hecho corrobora lo que han demostrado estudios anteriores: la lectura durante períodos vacacionales escolares reduce las dificultades en la comprensión lectora y mantiene las habilidades de lectura.
Igualmente, aquellos niños y niñas con dificultades para leer sufrieron aún más las consecuencias del confinamiento. A este se unía, decidir la estrategia de intervención de los docentes y la identificación de los lectores en riesgo que han supuesto limitaciones para la implementación de una intervención temprana. Una de las estrategias es la enseñanza intensiva de la lectura (3) impartida durante 20 a 40 minutos durante 3 a 5 días a la semana, con una asignación de tiempo que aumenta desde la educación infantil hasta los primeros cursos de educación primaria. Sin una intervención formal, los estudiantes que tienen dificultades para leer durante primero de primaria, tienen posibilidades de seguir teniendo dificultades en cuarto de primaria. Cuando los estudiantes con dificultades reciben intervención en años posteriores, las intervenciones tienden a estabilizar las carencias en vez de alcanzar el rendimiento de lectura esperable. Durante el confinamiento, llevar a cabo estrategias de este tipo fue muy difícil al producirse una educación a distancia que necesita recursos y la implicación de las familias para que sea eficaz y de calidad.
Por todo lo anterior, dado que leer 20 minutos al día promueve una cultura de lectura en el hogar y benefician al niño o niña en su capacidad lectora como se ha evidenciado, animamos a las familias a que conozcáis el proyecto Crece leyendo conmigo en Leer.es(4), un proyecto de fomento de la lectura en el ámbito familiar y en el escolar, donde se encuentran libros de la literatura infantil y juvenil clasificada en 4 grupos de edad (0-3 años, 4-7 años, 8-11 años y más de 12 años) seleccionados por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Además de ser una actividad que refuerza el vínculo emocional entre padres y madres con sus hijos e hijas, apoya la comprensión lectora y oral y, por ende, la expresión oral y escrita, destrezas indispensables para el aprendizaje en el entorno formal, no formal e informal.
- UNESCO COVID-19 Education: From disruption to recovery (2021). Disponible en https://en.unesco.org/covid19/educationresponse
- Bao, X., Qu, H., Zhang, R., & Hogan, T. P. (2020). Modeling Reading Ability Gain in Kindergarten Children during COVID-19 School Closures. International journal of environmental research and public health, 17(17), 6371. https://doi.org/10.3390/ijerph17176371
- Christodoulou J.A., Cyr A., Murtagh J., et al. (2017). Impact of Intensive Summer Reading Intervention for Children With Reading Disabilities and Difficulties in Early Elementary School. Journal of Learning Disabilities.; 50 (2): 115-127. doi:10.1177/0022219415617163
- es: https://leer.es/proyectos/crece-leyendo-conmigo/