El colegio, las bibliotecas, las librerías y sus especialistas serán excelentes aliados. Hagámosles una visita.
Acudir a las librerías y a las bibliotecas puede ser una actividad interesante para hacer por las tardes, los días de fiesta, en vacaciones…
Desde pequeños, podemos familiarizar a nuestros hijos con su funcionamiento. Con nuestro ejemplo y con la ayuda de los especialistas aprenderán lo esencial para manejarse solos.
Las bibliotecas, las librerías, organizan numerosas actividades de animación a la lectura. Tengámoslas en cuenta.
La biblioteca del centro educativo puede ser un buen recurso. Pidamos información sobre posibles formas de participación. Tomemos la iniciativa. Las bibliotecas y las librerías son lugares que deberían formar parte de los recorridos habituales de la familia.
Desde pequeños, los niños deberían empezar a conocer su funcionamiento: las secciones, los libros recomendados, las promociones, la programación de actividades de animación a la lectura… Se pueden hacer el carné de lector y pedir consejo a los profesionales: bibliotecarios, libreros o animadores. En ellas podrán pasar muy buenos ratos.
En estas visitas es conveniente que vayan acompañados. Los adultos podemos rastrear las estanterías, hojear las novedades o pedir orientación. Y con todo ello les estamos enseñando cómo comportarse en los lugares donde están los libros.
En la biblioteca podemos disfrutar de la lectura o hacer uso de los diversos servicios a disposición de los lectores. Muchas de ellas, y las buenas librerías, realizan numerosas actividades: encuentros con autores, representación de obras, fiestas alrededor de los libros….
Por otra parte, en los centros educativos suele haber una biblioteca en la que se organizan actividades y se ofrece un servicio de préstamo. Algunos centros proponen también encuentros para familias, e incluso estarán abiertos a las sugerencias de los padres siempre que se animen a participar.
Sin duda, para la adecuada orientación de nuestros hijos, resultará de gran ayuda el consejo de los profesionales –profesores, bibliotecarios y libreros–, así como la consulta de las listas de libros recomendados en guías de lectura, revistas especializadas o catálogos.
Es conveniente estar informados de la labor de los especialistas. Aprovechemos todo este conjunto de iniciativas: el mundo del libro y la afición por la lectura se nutren de todas ellas.