¿Para qué?
- Aprender a encontrar en los textos pistas que puedan guiar la lectura: portada, títulos, ilustraciones…
- Utilizar estas pistas para prever o adivinar el contenido del texto.
¿Cuándo?
- Antes de iniciar la lectura y durante la lectura.
- Cuando estén demasiado pendientes del descifrado y no puedan centrarse en la comprensión.
¿Cómo?
Fijar la atención. Al iniciar la lectura de un libro con nuestros hijos, fijemos su atención en la portada y en el título. Comentemos el tema, pensemos de qué puede tratar, invitémosles a imaginar los personajes, los escenarios, la trama…
Los momentos clave. Si les leemos un cuento, detengámonos en los momentos clave cuando se presentan los personajes, al iniciarse el desarrollo de la historia, cuando haya varias opciones que un personaje pueda tomar, cuando vaya a resolverse la historia… Tratemos de imaginar con ellos posibles formas de continuar la trama, con soluciones diferentes, y luego comprobemos si hemos acertado.
Anticipar, prever, estimar. Con los libros de conocimientos, podemos invitarles a anticipar (adivinar) las características de un objeto, de un animal…, y que luego se cercioren de si han acertado o no consultando el texto. En cualquier actividad (matemáticas, ciencias), hagámosles prever los resultados, estimarlos…
Distintas formas de continuar. Ante cualquier texto, intentemos ver con ellos de cuántas maneras puede continuar una frase. Propongamos soluciones y veamos luego cuál de ellas se parece más a la que figura en el libro.
Modificaciones y adivinanzas. Cambiemos el color de las cosas, el tamaño, el orden, alguna de sus características… Antes de leer un adjetivo, intentemos que los pequeños lo adivinen, lo intuyan, y que posteriormente comprueben si aciertan o no.
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