Leer.es / Blog / Recuperación de la memoria histórica a través del cine y de Las Sinsombrero

En este gran Día en el que las películas Canciones para después de una guerra de Basilio Martín Patino y Verano de 1993 de Carla Simón son las protagonistas del cine español, nos gustaría recordar y homenajear la primera por el contexto sociopolítico en el que se filmó. Como expuso en la conferencia en 1995, José Luis García Sánchez, director de cine y coguionista de la película, Canciones para después de una guerra fue una película hecha en la clandestinidad, ya que la obtención de los materiales era una actividad delictiva. La terminaron en 1971 y enseguida fue prohibida directamente por Carrero Blanco.

Canciones para después de una guerra pertenece al conjunto de las pocas películas clasificadas como cine documental que se hacían en aquella época. La ficción soportaba mejor la represión franquista y evitaba el contexto político que sí podía reflejar el género documental. El montaje de la película se hizo con archivos del NO-DO y de la Filmoteca Nacional, que, como cuenta José Luis Sánchez, algunos los encontraron en el rastro de Madrid.

La película, que esta tarde se proyectará en el acto de celebración del Día del Cine Español, muestra, entre otras, tomas de 1939 que adquieren un nuevo sentido en los 70. El régimen nos hizo creer que la población se concentraba de forma masiva para apoyar al franquismo, pero, según nos muestra el director de cine salmantino, se concentraba obligada por los vencedores y por el miedo a la represión si no simulaban apoyar al régimen. Con la presentación visual y sonora de esta realidad, Martín Patino quería desmontar la propaganda franquista y los censores no se lo permitieron porque querían borrar parte de la memoria histórica que no les convenía recordar.

Al igual que Martín Patino, otras personalidades del mundo del arte y de la literatura no vinculadas directamente con el cine, pero sí con la creación, también sufrieron la censura con la llegada de Franco al poder. Las mujeres artistas, escritoras y filósofas fueron especialmente vulnerables a ella porque se demandaba un ideal de mujer que solo fuera madre y esposa. Las que decidieron continuar publicando y creando tienen que hacerlo de acuerdo con las normas del régimen después de haber logrado derechos en materia de libertad e igualdad durante la II República.

Cartel de la película "Canciones para después de una guerra"
Cartel de la película «Canciones para después de una guerra»
Carmen Conde en la Exposición de fotografías de molinos de viento en la Universidad Popular de Cartagena
Carmen Conde en la Exposición de fotografías de molinos de viento en la Universidad Popular de Cartagena. 1932 

Son interesantes las vidas y trayectorias literarias de algunas mujeres como Carmen Conde, Consuelo Berges o Elena Fortún que se quedaron en España y, de alguna manera, tuvieron que reinventarse. Carmen Conde está en busca y captura en Cartagena después de la guerra y se marcha a Madrid, donde es protegida por una familia franquista. Gracias a esta protección continua escribiendo poesía amorosa en la que se queja de la situación de la mujer en el mundo, recupera y publica la poesía de Miguel Hernández y llega a ser la primera mujer que pertenece a la Real Academia Española. Estos logros no fueron plenamente reconocidos por otros exiliados que la trataron con recelo cuando volvieron a España.

Consuelo Berges estaba significada por su ideología republicana y se exilia a Francia donde es detenida por la policía y la deportan a España. Aquí no puede ejercer de maestra ni seguir publicando sus textos, así que se dedica a la traducción para poder vivir. Elena Fortún publica antes de la guerra e incluso se exilia durante un breve periodo de tiempo. Cuando regresa a España, puede continuar publicando ya que el régimen es informado por su editor sobre su no afiliación política. Antes de que se muriera en 1952, escribe que tenía que haber sido madre y esposa, ser mujer.

Recuperar el legado artístico y literario de todas ellas, así como la memoria histórica de aquellos años 20 y años 30 es el objetivo del proyecto educativo Las Sinsombrero, en el que se ofrece también el visionado del documental sobre las mujeres intelectuales y artistas que estuvieron ocultas e impecables durante el régimen franquista.